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Zafiro Amazon

Actualizado: 8 jul

Una casa de lujo flotante, en medio del Amazonas peruano.


De madera, hierro y vidrio. Cálido, simple y elegante. Con una sonrisa dibujada en el rostro de toda su tripulación y un delicioso jugo helado de "Camu Camu" el Zafiro espera a quienes hemos decidido vivir estos casi cinco hermosos días en la Amazonia peruana.

Copa en mano, directo al salón principal en el tercer puente. Nos recibe Angela, orgullosamente amazónica (como toda la tripulación) y una simpatía envidiable. Ella es nuestra Directora de crucero y quién nos emociona con su bienvenida. Nos entrega cada uno de los detalles del barco y de la travesía que aquí comienza, mientras el Capitán del Zafiro pone marcha para iniciar la navegación por una buena parte del río más acaudalado del mundo, amo y señor del pulmón del planeta: El Amazonas.

Para la tarde, ya instaladísimos y habiendo conocido todos los espacios del barco, incluyendo el deck de observación al aire libre con su amplio jacuzzi central y muy cómodamente amueblado, tomamos los binoculares, nos ponemos los chalecos salvavidas, bastante repelente y bloqueador solar, manga larga, gorra y a la aventura.

Juan, Ulber y Daniel, los guías naturalistas, dan instrucciones claras, precisas y super simpáticas de la primera expedición. Los botes a motor (el mío piloteado por "Rafa", un crack que se mueve literalmente como pez en el agua), cómodos y potentes, zarpan a toda velocidad pero se detienen en cada punto en el que el guía naturalista hace la seña de "aquí hay algo". ¡Y no fallan! ¡que vista! Un ave de escasos 20 o 30 centímetros de alto, en una rama muy alta de un árbol también muy alto, posa para nosotros.

Luego el oso perezoso, luego el tucán, luego la guacamaya y así sucesivamente. Muy a menudo, algún delfín, gris o rosado, juguetea en los alrededores del bote para deleite de todos los viajeros. Son difíciles de fotografiar, así que recomiendo que prendas tu video y ya que lo "caches" tomas una captura de pantalla (no corran mucho la voz, si se entera un fotógrafo profesional me destierra).


Hora de regresar al barco, relajarse, tomar algo rico y comerse unos deliciosos "Chifles" (platanitos agridulces deliciosos), llegará la hora de la cena. El montaje de la comida, pero ahora con una cálida iluminación, cortinas elegantes cerradas, todo listo para una espectacular degustación emplatada de diferentes platos locales e internacionales, toda una carta de presentación tanto para el chef como su el repostero a bordo (detallazo, el pan, los postres y todo lo que tenga que ver con el horno es de elaboración propia y artesanal, de-li-cia). Panza llena, corazón contento y un poquito ya de sueño, llegó la hora de descansar. ¡Será entonces hasta mañana!

Los siguientes 3 días de expedición no los voy a contar a detalle, porque lo ideal es que viajes, vivas la experiencia y actives todas tus emociones positivas, así como lo hice yo Marco y Miki, mis niños de 12 y 10 años, que con caritas de asombro y felicidad (haciendo que mis lágrimas quisieran salirse un poquito) me contaron, sin decir una sola palabra, que estaban viviendo la mejor experiencia de sus cortas vidas.

Remarás un Kayak y nadarás con delfines rosados, pescarás pirañas, caminarás en senderos entre tarántulas, boas, perezosos y muchas aves. Navegarás en la noche en busca de caimanes y capibaras. Conocerás sobre medicinas naturales y ancestrales, tendrás oportunidad de conocer un chamán, plantarás un árbol y dejarás tu legado en esta hermosa tierra. En definitiva, disfrutarás todos y cada uno de los 7,200 minutos que dura la travesía, en este "pulmón del planeta".

¡Buen viaje!



 
 
 

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